miércoles, 18 de mayo de 2011

Persevera y triunfarás



Varias opiniones se dan a conocer en el día a día con respecto a la interminable discusión sobre el “destino”. Algunos creen que se lo crea uno mismo con sus construcciones durante la existencia, otros prefieren pensar que, por más variables que existan, resulta imposible modificar la designación que tenemos para con esta vida.


El caso de Agustín Canapino, piloto del automovilismo argentino, es el ejemplo principal. Nació el 19 de enero de 1990 en Arrecifes, la cuna de campeones del automovilismo, y es hijo de Alberto Canapino, reconocido chasista de coches de competición. Claramente el camino de la vida le indicaba a Agustín por donde debía continuar, pero, como toda historia, había alguien que se oponía al deseo. Ese era Alberto, su padre.

Hasta los quince años no hubo ningún tipo de cercanía al automovilismo. Solamente acompañaba, de vez en cuando, a su papa los fines de semana a los autodromos, pero lejos estaba de agarrar el volante. Pese a las innumerables insistencias de este adolescente, no había manera para que Alberto considere esta posibilidad, ya que él pensaba que su hijo no tenía las condiciones apropiadas para desenvolverse en esta disciplina.

Sin embargo, Agus y un vecino de la ciudad convencieron al chasista y, finalmente, este joven de quince logró subirse a un auto de carreras. Cabe destacar que el vecino era Marcos Di Palma y que lo único que manejaba, hasta ese momento, era los simuladores, no tenía experiencia con ningún coche, ni siquiera en la calle.

En el 2005 comenzó su carrera deportiva al correr en la Copa Megane y, de esta manera, se lo ameritó como el piloto más chico en debutar en la categoría. A los 17 años ocurrió el primer gran cambio en su trayectoria, ya que obtuvo su primer título, en la distinción nombrada anteriormente, y se inició en el Turismo Competición 2000 (TC 2000), tras reemplazar, con un Chevrolet Astra, a Fabián Yannantuoni. “Estoy muy feliz por esta victoria y por el campeonato. Yo no pensaba que en tan poco tiempo se me podía dar todo esto. No tengo más que palabras de agradecimiento para el equipo y para todos los sponsors que hicieron posible este campeonato”, confesó luego de la consagración.

En la temporada siguiente se presentó en Turismo Carretera Pista (TC Pista), segunda división al TC, y se coronó campeón batiendo un nuevo record, ya que es el único automovilista que logró el primer puesto en la tabla con tan solo 18 veranos vividos. Incluso el Top Race V6 (TRV6) pasó a formar parte de su calendario, ya que condujo el Peugeot 407 de Ariel Pacho, debido a un accidente que sufrió este mismo en uno de los circuitos.

El 2009 fue productivo, pese a no haber obtenido ningún título, ya que, finalmente, alcanzó el asiento de un Chevrolet Chevy en la máxima competición del automovilismo argentino, el TC. Canapa compitió en TRV6 con un Mercedes - Benz Clase C y con un Honda New Civic en TC 2000, como invitado de Leonel Pernía.

En el comienzo de una nueva década, el Titán de Arrecifes consiguió un doblete al coronarse en el TC (Chevrolet Chevy) y en el TVR6 (Mercedes- Benz Clase C). Sin dudas esta es, hasta el momento, la mejor campaña que obtiene esta joya del automovilismo nacional.

Esta temporada repite las tres categorías del año anterior y pretende, entre otras cosas, ganar el TC 2000, ya que es la única corona que le falta conseguir. Igualmente, los resultados en TC y TC 2000 no son los más óptimos, debido a que no aparece en las primeras diez posiciones en ninguno de los dos campeonatos. Otra es la realidad en el TRV6 y parece ser que las posibilidades de defender el título son mayores.

Agustín Canapino, con su Mercedes- Benz Clase 3, triunfó, el domingo, en el autódromo Martín Miguel de Güemes de Salta y se consolida en la punta del certamen con 48 puntos, siendo escoltado por Emiliano Spataro (Passat) con 35 y Gabriel Furlán (Mitsubishi Lancer GT) con 32 unidades.

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